Mitos y leyendas en la zona Sur
Esta zona presenta en una parte de su mitología y leyendas, los mismo relatos de la colonia presentes en la zona central continental del territorio chileno; y también mitos y leyendas influenciadas y/o propias de las creencias de origen mapuche. Algunos de estos seres y leyendas de esta zona de Chile son la Ciudad de los Césares (aunque es ta de influencia en otras partes del país), Las tres pascualas, y espíritus de las creencias mapuches como el Pillán, las Wangulén, los Wekufes, Los Anchimallén, Tenten y Caicai, y el el Cuero entre muchos otros.
Igualmente existen mitos y leyendas exclusivas de esta zona, como son la mitología propiamente Huilliche, con mitos como el abuelito Huenteao, o el Canillo; y la mitología de los pueblos tehuelches y/o selknam (onas), con mitos como el Gualicho, el origen de la planta de Calafate, Ayayema, Habshi, etc. Dentro de la mitología de este zona, igualmente destaca de forma propia la mitología de Chiloé.
El Pillán
Es un tipo de espíritu benigno de los mapuches, y entre los espíritus, una de las divinidades más respetadas. Ellos están relacionados estrechamente con el ser humano mapuche, ya que muchos de ellos corresponden a un fundador de un linaje o familia, y por ello los pillanes son sus antepasados y el origen del mapuche. Así cada familia antigua tenía su Pillán que los sobrevigila y defiende a sus miembros. Por ello se hacían guillatunes o rogativos al pillán, para que beneficiaran al pueblo y para agradecerle por lo recibido. Igualmente el hombre mapuche como conclusión de su vida terrenal puede lograr convertirse en un pillán: si tuvo una gran descendencia que lo recuerde y que honre su memoria, y en vida siguió las tradiciones y leyes del Admapu (si es mujer puede llegar a convertirse en una wangulén).
A través de los pillanes y wangulén, no hay una separación neta entre el espíritu divino y los seres humanos; no solamente porque los segundos han sido en sus orígenes engendrados por los primeros, sino porque también pueden ellos mismos convertirse en pillán o wangulén.
Debido a la naturaleza de los pillanes, que igualmente castiga (o permiten a los wekufe castigar) con la sequía o las inundaciones, los terremotos, las enfermedades; y también debido a la influencia cristiana, muchas veces se le considera equívocamente como un ser del tipo maligno, una especie de espíritu, genio maligno o diablo que causa todos los males y catástrofes naturales.
Igualmente a los pillanes se les relaciona con los volcanes y montañas, ya que entre los pillanes que vivirían en el mapu (tierra), muchos de ellos vivirían tras las montañas o en su interior. Por ello al pillán también se le relaciona frecuentemente con el ser que ocasiona la furia del volcán (al igual que el Cherufe y otros seres), aunque verdaderamente los dueños y quién gobierna los volcanes, según la voluntad del Pu-am, serían los Ngen-winkul.
Entre los pillanes, estos se pueden dividir en:
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Pillanes antiguos, que existirían desde antes que apareciera vida en el mapu(tierra).
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Pillanes de antepasados, que corresponden a espíritus de los antepasados humanos de los mapuches, que lograron transformarse en pillán.
El Wangulén
Es un tipo de espíritu benigno de los mapuches, ellas están relacionados estrechamente con el ser humano mapuche; ya que una de ellas habría sido elegida como la mujer del primer hombre mapuche. Por ello, igualmente la mujer mapuche como conclusión de su vida terrenal puede lograr convertirse en una Wangulén; si en vida y siguió las tradiciones y leyes del Admapu, y tuvo una gran descendencia que la recuerde y que honre su memoria. (si es hombre puede llegar a convertirse una Pillán).
A través de las wangulén y los pillanes, no hay una separación neta entre el espíritu divino y los seres humanos; no solamente porque los segundos han sido en sus orígenes engendrados por los primeros, sino porque también pueden ellos mismo convertirse en wangulén o pillán.
Como lo dice su nombre, a las Wangulén son y se les relaciona con las estrellas.
Entre los pillanes, estos se pueden dividir en:
-
Primeras Wangulén , que existirían desde antes que aparezca vida en el mapu (tierra).
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Wangulén de antepasados, que corresponden a espíritus de las antepasados humanos de los mapuches, que lograron transformarse en Wangulén.
Trentrén Vilu y Caicai
La tradición dice que en la antigüedad el territorio continental de Chile habría sido solo una única franja de tierra plana unida completamente al continente americano; pero producto de una lucha legendaria que tuvieron estos seres, se creó la actual geografía de Chile, con innumerable cantidad de archipiélagos e islas al sur de este país, entre ellos el archipiélago de Chiloé; y también serían los responsables de muchas de las montañas, cerros y volcanes a lo largo de Chile.
Según los mapuches, estas dos serpientes serían originalmente los hijos de los pillanes más poderosos, que como castigo habrían sido convertidos en estos seres. Así que el hijo de Peripillán fue convertido en una inmensa culebra que sería Caicai y el hijo de Antu convertido en una inmensa culebra que sería Trentren. Ambas culebras serían adversarias, así como fueron adversarios Antu y Peripillán. Caicai habría sido mandada a vivir en el mar para cuidarlo, y Trentren habría sido mandada a vivir en la tierra para ayudar al ser humano; Siendo así como estas dos culebras son usadas como un instrumento a través del cual también se cumple la voluntad de los espíritus antiguos.
Se dice que cuando Caicai despertó de su sueño, a causa del desagradecimento que tuvieron los hombres por todo lo dado por el mar; Caicai se enfureció y usó su cola en forma de pescado para golpear el agua. Con ello inició un gran cataclismo que empezó a inundar y crear un diluvio todo el territorio; ya que tenía el deseo de castigar al ser humano y de incorporar toda la vida terrestre a sus dominios. Caicai ordenó a las aguas que inundaran los valles y cerros, y que llevasen a todos los habitantes al fondo del mar.
Al ver Trentren, que los habitantes y animales estaban desesperados y que los hombres la invocaron, y como por órdenes de su padre, ella era quien debía proveerles de sabiduría y protección; decidió ayudar a los seres humanos. Así ayudó a escapar a los habitantes y a los animales subiéndolos en su lomo y llevándolos a los cerros; y a los que quedaban atrapados por las aguas, los transformó en aves para que escaparan volando; a los que se ahogaban en peces y mamíferos marinos (siendo uno de ellos el origen del Cahuelche), y a los ahogados en Sumpall. Los seres humanos que quedaron inmóviles por el terror que sentían, se habrían transformado en mankial. Pero como el mar seguía subiendo de nivel, Trentren tuvo que ordenarles a los cerros que aumentaran de altura para contrarrestrar el poder de Caicai. Enojada, Caicai empezó a luchar contra Trentren en una titánica batalla que duró mucho tiempo, hasta que ambas serpientes se cansaron, con lo cual Trentren venció parcialmente al no haberse inundado toda la tierra, sin embargo, las aguas no volvieron totalmente a su nivel antiguo; con lo que Chile obtuvo su actual geografía.
Según la tradición chilota, Tenten se conformó con la porción de tierra obtenida y delegó sus funciones referente al mar, al gran Millalobo.
Según la tradición mapuche, luego del cataclismo, todos siguieron su vida tranquila; hasta que un día fue Trentren quien se encolerizó por la actitud que tenían los hombres, e hizo que todos los volcanes entraran en erupción y la población tuvo que mudarse a otros lugares más seguros. Trentren continúa manifestándose mediante los temblores, terremotos y erupciones volcánicas, mientras que Caicai causa los maremotos cuando se revuelve en medio de su sueño.
Una variante del mito cuenta que la ira de Caicai contra los seres humanos comenzó porque una muchacha rechazó a su hijo, el Trauco.
En los alrededores de cada comunidad mapuche hay un cerro considerado Trentren, es decir, el lugar en que vivía la serpiente de la tierra y en el que se refugió la vida terrestre durante el cataclismo.
Algunas comunidades Huilliches, dicen que la batalla se originó producto de que una hija del trauco rechazó al pillán Peripillán, y por este motivo su hijo habría decidido tomar venganza.
El Cuero
Esta criatura tendría una apariencia muy similar al de un cuero de vacuno (la piel extendida de un vacuno) de gran tamaño. En el borde de su cuerpo poseería unos apéndices similares a unas garras o espinas filosas como garfios. Sobre un extremo de su cuerpo, en donde se cree estaría la zona que correspondería a su cabeza, sobresaldrían dos apéndices similares a tentáculos que terminarían en un par de ojos desorbitados de un color rojizo.
En el centro de la parte de abajo de su cuerpo, estaría su boca, muy parecida a una enorme ventosa, con la cual podría absorber completamente los fluidos de su presa, hasta dejarla seca y muerta.
Debido a su cuerpo aplanado, algunas personas lo asocian con una criatura semejante a una mantarraya.
Las leyendas cuentan, que estas criaturas estarían habitando en numerosos lagos, lagunas y ríos de los territorios de Chile y Argentina; y en menor medida en el mar. En aquellos lugares, como el caso del archipiélago de Chiloé en Chile, se cuenta que atacaría principalmente presas animales y en menor medida a seres humanos y embarcaciones pequeñas.
Su manera de atacar sería más frecuentemente al atardecer, acercándose de manera sigilosa a su presa; que puede estar en la orilla, o bien bebiendo o bañándose en el agua, o dentro de una embarcación. Se dice que luego de estar lo suficientemente cerca, con sus poderes hipnotizaría a su víctima; y posteriormente mediante sus afiladas uñas atraparía a su víctima o a la embarcación y la arrastraría hacia al fondo. Ya en el fondo, envolvería rápidamente a su presa y la mataría por sofocamiento; y ahí la devoraría absorbiéndole completamente la sangre y otros fluidos. Debido a sus características, el Cuero suele ser a veces confundido con el Guirivilo.
Para lograr poder matar a un cuero, se necesitaría la ayuda de una Machi experta, la cual con sus habilidades atraería al cuero hacia la orilla. Al tenerlo ya a la vista, lo engañaría arrojándole ramas de calafate. El Cuero, engañado por el poder de la Machi, creería que las ramas serían una posible presa; sin embargo, al atacar y apretar con fuerza las ramas, las espinas de las ramas se enterrarían en su cuerpo y el cuero se desgarraría y sangraría hasta morir. |